Camirplan S.A. Departamento Técnico.

Uno de los grandes problemas que se plantea hoy a nivel social es la alimentación infantil dado que los niños se están alimentando fundamentalmente de alimentos que están muy lejos de ser saludables. Comidas rápidas y ricas en grasas y azúcares son las estrellas de la alimentación infantil, lo que sumado al bajo consumo de frutas y hortalizas da como resultado la epidemia de sobrepeso, obesidad y enfermedades crónicas no trasmisibles que padecemos.

Antiguamente, se consideraba que la vida del niño comenzaba en el momento del nacimiento. Con el correr de los siglos, se comenzó a cuidar su salud desde la vida intrauterina, y actualmente se toman acciones que fomenten la misma desde antes de la concepción.

Uno de los pilares de la salud es la correcta alimentación, la cual inicia desde el momento mismo de la concepción. La correcta alimentación se enseña desde el vientre materno. Desde los primeros instantes. Y esto es fundamental.

El feto a través del líquido amniótico va recibiendo todos los sabores de lo que la mamá come. El hecho de que la alimentación materna sea variada, va a fomentar que el niño acepte todo tipo de alimentos en la vida extrauterina. El acostumbrarse a recibir los sabores de diferentes tipos de frutas, de hortalizas, lácteos, carnes, etc., hará que no los sienta como extraños cuando se les ofrezca al recibir alimentos sólidos.

Otro momento importante en la educación alimentario-nutricional es la lactancia. Lo mismo que sucede con el líquido amniótico pasa con la leche materna, la variedad de alimentos que consume la madre va a condicionar la aceptación de los diferentes sabores cuando se pase a alimentación sólida ya que a través de la leche se transfieren los distintos sabores.

Es importante entonces tener claro que la educación alimentario-nutricional comienza desde los primeros instantes de vida intrauterina y que proporcionarles todo tipo de sabores hará que les sea más fácil el aceptar todo tipo de alimentos en otras etapas del desarrollo.